Conclusiones
Ya con más tranquilidad, puedo ver en perspectiva (aunque
sigue siendo algo cercana) el semestre de fotografía.
Para alguien como yo, que el contacto con la foto siempre
fue mesurado y sin profundidad, toda la información fue un bombardeo que cambió
radicalmente la forma en la que veo, pienso y siento la fotografía. Prejuicios
y recelos fueron borrándose conforme avanzó el semestre, alegrías y decepciones,
olvido y descubrimiento. Sé que aún hay mucho que aprender, sé que sólo fue una
introducción, sé que lo que se pudo aprender es muy básico y que dependerá de
mí y de los caminos que tome si desarrollaré o no la fotografía en cualquiera
de sus miles vertientes. Pero lo aprendido conmigo se queda.
Comenzar el curso haciendo fotogramas fue una experiencia de
la que tengo recuerdos muy bien impresos en mi memoria. Desde cero comenzamos
por conseguir una cámara un evento importante para mí, conocer el equipo y que
se transforma poco a poco en una extensión de mi cuerpo. Las lecturas fueron
muy importantes y establecieron un background
para poder generar proyectos más sólidos. La práctica de la fotografía con todo
lo anterior se fortaleció y comencé a pensar más antes de disparar. Las
conferencias fueron un buen complemento para el curso.
Ahora conozco de las diferentes amplitudes de la fotografía,
y lo más importante, tengo curiosidad. Creo que la importancia que tuvo en mí
la clase de foto es que despertó en mí la curiosidad por medios diferentes,
quizá no explore más en lo que ya se estudió en el curso, sino lo que se dejó
entrever.
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