Nos están enseñando a mentir
Pedro Meyer, nacido en España y radicado en México es el fotógrafo
mexicano más importante en los últimos tiempos. También curador, crítico y fundador
y director de Zone Zero uno de los portales de fotografía más visitados y
exitosos en el mundo. Conocido por publicar el primer CD-ROM con sonido e imágenes
titulado “Fotografío para recordar” disponible en youtube. Es fundador y
director de la Fundación Pedro Meyer.
Joan Fontcuberta es un fotógrafo Español, ganador del Premio
internacional de la Fundación Hasselblad (2013), también es escritor, curador,
editor y maestro.
Ambos españoles, y escépticos ante la imposición tradicional
de que la fotografía dice la verdad, de que es un testigo objetivo de lo que
sucede. Ellos consientes de que desde sus inicios la fotografía ha mentido han
abordado su propio trabajo desde la mentira.
“(…) Toda fotografía es una
ficción que se presenta como verdadera. Contra lo que nos han inculcado, contra
lo que solemos pensar, la fotografía miente siempre, miente por instinto,
miente porque su naturaleza no le permite hacer otra cosa. Pero lo importante
no es esa mentira inevitable, lo importante es cómo la usa el fotógrafo, a qué
intenciones sirve. Lo importante, en suma, es el control ejercido por el
fotógrafo para imponer una dirección ética a su mentira. El buen fotógrafo es
el que miente bien la verdad (...)” (Fontcuberta, 1997)
Pedro Meyer tiene una cantidad de trabajo impresionante,
pero una obra importante respecto a la hiperfotografía es “Fotografío para
recordar”, un video de 30 minutos donde el autor nos narra la vida de sus
padres, hasta sus muertes. Mientras nos narra los hechos que sucedieron a lo
largo de sus vidas nos muestra fotografías que en su mayora fueron tomadas por
él. Es decir que es sonido, y foto en un lenguaje que suceden al mismo tiempo
pero no es imagen en movimiento, no es secuencial tal movimiento pero sí la
narrativa. Va más allá de la imagen por decreto del autor. Esta historia que
narra es tan desgarradora como las propias imágenes y sorprende la manera en
que hasta en los momentos más difíciles e íntimos Pedro es capaz de tomar su cámara
y disparar. Pongo el ejemplo de esta obra porque se contrapone al hecho de que
la hiperfotografía responde a la mentira en las imágenes, aquí vemos como la hiperfotografía
ayuda a que entendamos mejor y más claramente las intenciones de Pedro. No
obstante Fontcuberta deja entrever esa posibilidad en su discurso. Con esto no
quiero decir que Pedro no mienta con la imagen, en la fotografía “los Meyer”
que también es mencionada por Ritchin podemos ver a Pedro dos veces, una como
infante con su padre y otra como adulto con su hijo. La idea simbólica del
crecimiento en una imagen donde se refleja como hijo al igual que su propio
hijo y como padre en concordancia con su padre, un espejo de tiempos distintos vertidos
en un instante. Quien vea esta imagen pensará que son un par de hermanos con
sus respectivos hijos.
Por otro lado en el sitio de Fontcuberta está plagado de
hiperfotografía, es el sitio por excelencia que describe Ritchin, más ordenado
claro que las propias ideas que planteaba Ritchin. Pero además es un mosaico
interactivo de texto y fotografía. Con su proyecto “Sputnik” Fontcuberta
demostró con creces el poder de la fotografía para mentir.
Pero la reflexión que más me interesa en torno al
pensamiento de Fontcuberta es que muchos de sus proyectos son en contra de lo
testimonial que puede ser la imagen, que queda claro que lo ha sido (hoy
podemos saber cómo era el zócalo en 1930), pero nosotros al ser estudiantes de
arte, en ejercicios simples como punto y línea pensamos que encontramos en los
cables de luz con el fondo azul del cielo tres líneas y lo fotografiamos, y
subir esa imagen a Flickr y titularla “línea cruzando el cielo” es mentir. En
qué sentido entonces poner un hipervínculo a esa imagen con la localización exacta
del google maps con comentarios acerca de esa imagen y como un cable tiene
posibilidades de “ser” una línea puede atravesar ese umbral y volverse algo
verdadero.
Entonces creo que la hiperfotografía no busca la verdad,
sino solo señalar que miente.
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