Lee Miller es una fotógrafa que hasta hace poco era desconocida
para el mundo entero, ella siempre estuvo cerca de la fotografía de tal manera
que volverse fotógrafa perece algo inevitable.
Fue modelo para Vogue donde conoció a Edward Steichen quien
después la presentó con Man Ray. Ella se muda a Paris tras terminar su carrera
como modelo para volverse aprendiz de Man Ray pero terminó siendo su modelo,
amante y sí también su aprendiz. Su relación con Man Ray le dio un giro
completo a su vida, con el descubrimiento de la solarización y su posterior
éxito, elemento formal que utilizó durante un largo periodo de tiempo. En París
ella comienza a hacer fotografía surrealista y conoce a los grades artistas de
la época, Picasso, Paul Eluard, Jean Cocteau etc. De esta etapa podemos verlas
reuiniones que tenía con tales figuras, resalta un retrato que le hizo a
Picasso donde se siente el lazo de amistad que tenían.
Se separa de Man Ray y regresa a Nueva York donde pone su
propio estudio fotográfico con ayuda de su hermano, pero fue un periodo corto y
tras contraer matrimonio con Aziz Eloui Bey se muda a el Cairo, donde vivió
cómodamente entre reuniones de gente acaudalada, se aburrió rápidamente e hizo
viajes al desierto donde comienza por primera vez a fotografiar de manera
libre, es de éste periodo donde podemos ver elementos que ya se habían asomado
tímidamente en su etapa con Man Ray, consolidando un lenguaje propio, como los juegos
visuales y las ventanas que aluden a la libertad, elementos constantes en la
obra de Miller.
En la post guerra ella se hace fotoperiodista para la
revista Vogue, donde hacia pequeños artículos y publicaba algunas de sus fotos.
Había en la exposición de esta etapa varias fotografías que transmiten las
consecuencas de la gerra, destrucción y violencia, como la fotografías de dos
nazis disfrazados de civil que fueron capturados. Las tres fotografías más
importantes de esta etapa son donde Miller se baña en la tina de Hitler y el
incendio de la casa; en la primera no sé si Miller hace una burla al dictador,
pero sí es cierto que es una fotografía que marca por un lado la intimidad de
Hitler y por otro los depojos de la guerra que terminan en cenizas.
Lo que queda por decir de Mller es su divorcio con Aziz
Eloui Bey y su segundo matrimonio con Roland Penrose con quien tiene un hijo y
abandona casi por completo la actividad fottografica, hasta que se muda a Farley
Farm House en Sussex, aquie hizo algunas fotografías que recuerdan a su etapa
con Man Ray, ya que seguía rodeándose de artistas como Max Ernest haciendo
juegos visuales.
Hablando ya de su fotografía la más importante quizá es
aquella en la que ella no sentía la necesidad de cumplir con alguien, como en
su estanca en el Cairo donde podemos ver ese entendimiento y dominio del
lenguaje propio de Miller.
La importancia que veo en su fotografía es la manipulación
de la imagen como los fotomontajes que hacía para la revista Vogue o la propia
solarización que juegan un papel importante para lo que hoy conocemos como algo
completamente normal, ya no nos sorprende ver a personas encerradas en botellas
de cristal.
No puedo dejar de pensar que Miller siempre estuvo
posicionada por su situación económica en un circulo que le permitió andar con
cierta libertad dentro de los círculos de la elite artística de finales del
siglo XX y que aunque no logró la notoriedad del propio Man Ray quizá vivió una
vida con más libertades que el peso de ser un renombrado artista. Es entonces
donde yo no entiendo si ese anhelo de libertad que vemos en la mayoría de su
obra es más un cliché o un deseo de estar a la altura de los hombres que la
rodearon y con lo que no podía competir.
Lo que me hace preguntarme si a caso eso le importaba y por
qué creo que a ella pudo preocuparle en algún momento.